sábado, 14 de marzo de 2015

Hola amigos míos, hoy comparto con vosotros una de las imágenes a la que quizá, más afecto le tenga (la podéis apreciar algo más abajo). Imagino que os estaréis preguntando porqué. 
O no. En cualquier caso voy a explicarlo, tú decides si soportar mis gilipolleces o largarte, lo que probablemente sea mejor opción. 
Pero volviendo al tema que nos ocupa, quiero que os fijéis en quien en realidad hace que esta foto signifique tanto, que es ese señor situado en el centro del grupito que formamos nosotros. «¿Quién es?» os diréis. Pues para eso estoy yo aquí, para presentáoslo. Ese hombre no es ni más ni menos que César Mallorquí, un genio de la literatura juvenil. Un dios. 
La suerte y el destino han jugado una partida la cual hemos tenido el privilegio de ganar y pues aquí véis la recompensa. Hemos pasado unas muy cortas dos horas (en realidad han sido tres, porque hemos cometido el valiente acto de saltarnos la última clase) junto a esta persona tan increíble. Ha sido sin duda, una de las experiencias más únicas e inolvidables que he vivido (y viviré) en la vida, en donde se nos ha brindado la oportunidad de conocer a un tipo tan maravilloso como lo es él. 
Imagino que, tristemente, esta imágen, al cabo de unos años caerá en el olvido, pero quiero creer que nuestras preciosas memorias mantendran vivo el día en que nosotros, los alumnos del I.E.S Galieo Galilei, conocimos al entrañable César Mallorquí.